“El arte es un trabajo con uno mismo”


“Uno se transforma en pintor pintando. Si uno quiere ser un pintor, si uno tiene la pasión, si uno siente lo que siente, entonces uno lo puede hacer, pero esto viene de la mano de dificultades, preocupaciones, desilusiones, tiempos de melancolía, de impedimentos¨, le contaba el pintor francés, Vincent Van Gogh, a su hermano Theo en una de sus cartas, el 16 de octubre de 1883.

Creo que tiene razón. Y hay algo que debe agregarse. La capacidad artística no viene como un soplo divino, en un paquete con un manual, pinceles e inspiración. Debe ser recogido de las profundidades de cada uno, debe ser llevado a la mente observante y bajar a las manos diligentes y trabajadoras. El arte es una faena de muchos años y de muchos esfuerzos.

El trabajo y la perseverancia, de la mano de una motivación profunda, extraña, que no se sabe de donde viene pero que pide ser escuchada, es lo que pienso llevará al artista a desarrollar su veta. No hay que hacer oídos sordos de esa vocecilla que clama desde el interior, porque uno se puede perder una las experiencias más maravillosas que existen para nosotros los seres humanos.

Ser un creador, de arte o lo que sea, nos enfrenta a un desafío. Estamos buscando un camino para nosotros mismos – sí- pero también para otros. El observador de nuestra creación tal vez encontrará en sí mismo un nuevo camino que lo lleve también a crear algo en cualquier ámbito de su vida.

Este enfrentamiento a la pasión, a las dificultades, preocupaciones, desilusiones, melancolía e impedimentos que motivaron a Van Gogh a desahogarse con su hermano forman – junto con la motivación, la perseverancia y la entrega- una poderosa herramienta que puede llevarnos a conquistar los grandes sueños de nuestra vida.

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